Los 5 mejores restaurantes románticos de Burdeos

Has elegido Burdeos como destino para un fin de semana en pareja. Es una excelente elección. La ciudad cautiva desde el principio por su arquitectura, su dinamismo y su cultura culinaria. Para completar tu estancia, quieres encontrar el restaurante ideal para una cena romántica. A continuación, tienes una selección de direcciones para encontrar el lugar que mejor te venga. Solo una cosa: no olvides reservar.

• Le Clos d’Augusta, el elegante
• Le K baroque, el teatral
• C’yusha, el discreto
• Point rouge, el original
• Le chapon fin, el histórico

A un paso del centro de la ciudad, Le Clos d'Augusta ofrece un ambiente elegante, con tonos suaves y un ambiente tranquilo. En temporada, el jardín y la terraza verde son románticos y te hacen olvidar la ciudad. Mucha estética y poesía en la presentación de los platos, que se basa en la originalidad del contenido.

Todo es casero, incluyendo el pan y el helado. La cocina local se renueva con un entusiasmo convincente y nada rígido. Los raviolis de langostinos, el maíz a la vainilla, el velo de pistacho... son una entrada explosiva de sabores, a los que sigue el pichón de Marie Le Guen en dos cocciones, la calabaza potimarrón y sus cáscaras, el velo de trigo sarraceno con cacahuetes picantes... es simplemente una delicia.

¿Quieres sorprender con un restaurante realmente inesperado? ¿Un poco de la magnificencia de la ópera? ¿Una sala de teatro barroco? ¿Un poco del espíritu del cabaret? Le K baroque es un poco todo esto a la vez. Luz suave, terciopelo rojo, cortinas pesadas, espejos dorados, aquí el espectáculo está en la sala. Tus ojos no se cansarán de descubrir los detalles de la decoración y sus transformaciones durante la noche.

En este restaurante con ambiente (¿has dicho con ambiente?), la carta resalta la cocina tradicional francesa. Se levanta el telón, empieza con un caramelo de langostinos con miel de castaña, continúa con un ternasco confitado a baja temperatura con caramelo de tomillo y limón, y comparte el gran desfile del circo de los postres.

El esplendor del lugar no excluye una atmósfera relajada donde el personal cuida todos los detalles.

En búsqueda perpetua, el chef demuestra una creatividad incesantemente renovada a través de sus encuentros y emociones. Trabaja y se reúne con frecuencia con los productores con los que colabora. Y son nuestras papilas gustativas las que anhelan una merluza de las costas de Gascoña, emulsión de marisco con naranja sanguina o col dulce de las Landas con galanga y shimeji. Se presta atención a cada detalle, incluyendo el pan amasado, moldeado y horneado in situ. La inspiración es francesa y del mundo.

¿Y qué se puede decir del local? La decoración es sencilla, sin sobrecargar, hay un viejo triciclo por ahí y unos cuantos lienzos que cubren las paredes. El lugar en sí mismo, una hermosa sala de piedra abovedada que crea un ambiente íntimo. La cocina abierta a la sala permite ver la habilidad del chef. En C’yusha han decidido que haya pocos cubiertos para preservar la privacidad y convertir la comida en un momento especial.

No lejos de la estación, esta dirección no parece nada desde el exterior. El lugar forma parte de un antiguo castillo (Descas) con una fachada ennegrecida. Si Point Rouge es, ante todo, un bar de cócteles imprescindible, pero también es un lugar atípico y romántico donde se puede cenar. La gran sala, con sus numerosos espacios, es un verdadero sótano. Las paredes de piedra y los techos de ladrillo, el diseño moderno, los cómodos sofás que te acogen y te retienen. Te impresionarán las colecciones de botellas expuestas desde la entrada y las obras de arte que se exhiben por todas partes.

En cuanto a la comida, la carta es breve, pero sabrosa. En el menú: selección de tapas calientes o frías para compartir y algunos platos inspirados en la cocina vasca de fusión: pluma de cerdo ibérico con crema de ajo negro o Saint-Pierre, emulsión de zanahoria, jengibre y coco, muselina de alcachofas confitadas.

Puedes empezar o terminar la noche con uno de los 100 cócteles y tomarlo arriba, frente al techo de cristal azul. Sueños garantizados.

Le Chapon fin es toda una referencia en Burdeos y un restaurante de lujo. Su historia comenzó en 1825 en el corazón de Burdeos. El restaurante se convirtió rápidamente en una referencia y un lugar muy concurrido. A principios del siglo XX, un nuevo propietario remodeló la sala. Se decoró con un jardín de piedras y una impresionante falsa roca, que posteriormente se completó con un techo de cristal en la parte superior del conjunto.

Por tanto, es un sitio histórico increíble. ¿Y cómo son hoy los platos? El plato es gastronómico, clásico e ingenioso: esfera de vieira al caviar y mantequilla de nori, salsa cremosa de sotobosque o molleja de ternera, zumo silvestre y cocos ahumados de Paimpol. La sala es tranquila, pero no pesada. Las mesas, bien separadas entre sí, preservan la privacidad. Una bodega del siglo XV con centenares de referencias, incluidas las añadas históricas, que merece ser visitada.

>> Las mejores especialidades gastronómicas de Burdeos